La inteligencia artificial integrada en el proceso de fabricación abre nuevas posibilidades de mejora de la eficiencia, reducción de costes y optimización de la gestión de la producción. Por otro lado, la integración de la IA en los procesos de fabricación también requiere el establecimiento de marcos jurídicos adecuados que regulen el uso, la distribución y el control de estas tecnologías. La IA permite automatizar complicados procesos de fabricación que antes eran imposibles, minimizando los errores humanos y mejorando la precisión y la calidad de los productos. El análisis mediante IA de los datos de rendimiento de los equipos sirve para anticipar posibles averías y ayuda así a programar un mantenimiento que reduzca el tiempo de inactividad. La IA analizará diversas variables de la cadena de suministro para optimizar el inventario y mejorar la logística. El control de calidad de los productos ha subido un peldaño, con sistemas basados en IA que los supervisan automáticamente para detectar defectos e incumplimientos de las normas. La creación y utilización de software de IA plantea problemas de propiedad intelectual que deben regularse claramente. Esto garantiza que los datos procesados mediante IA no estén expuestos a accesos y usos no autorizados a la luz de requisitos normativos como el GDPR. Algunas normas éticas clave en la aplicación de la IA en la fabricación incluyen el uso no discriminatorio de la tecnología, la ausencia de prejuicios y la protección de los derechos de los trabajadores. Un resultado positivo de la aplicación de la IA en la fabricación puede consistir en imponer aumentos considerables de la productividad y la calidad de los productos. Sin embargo, el éxito de la integración de la IA requiere innovación técnica y la elaboración de un conjunto eficaz de mecanismos jurídicos que garanticen la regulación del uso de la tecnología, la protección de los datos y la propiedad intelectual, y la determinación de la responsabilidad en caso de posibles errores o infracciones. La debida consideración de todas las cuestiones de regulación jurídica permitirá a la IA expresar todo su potencial en la fabricación y minimizar los riesgos que se desarrollarán a este respecto.