Con la amenaza cada vez mayor de los ciberataques, la IA en la ciberseguridad se está volviendo más relevante y esencial como herramienta para proteger los sistemas de información y los datos. Dado que la IA puede detectar, analizar y contrarrestar las ciberamenazas mucho más rápido que la mente humana, se está convirtiendo en un componente importante de la estrategia de ciberseguridad. Al mismo tiempo, su introducción en este ámbito de actividad también se ve lastrada por algunos problemas legales y requiere la elaboración de marcos jurídicos específicos. La IA analiza el tráfico de red y los patrones de comportamiento de los usuarios para identificar anomalías o actividades sospechosas que podrían ayudar a detectar posibles ataques incluso antes de que se produzcan. Los sistemas basados en IA bloquean automáticamente las operaciones maliciosas o aíslan las zonas infectadas de la red, reduciendo drásticamente los tiempos de respuesta ante incidentes. La IA puede prever y adaptarse a nuevos tipos de amenazas con algoritmos de aprendizaje automático actualizando continuamente las bases de datos y los métodos de detección. La implantación de la IA debe seguir los requisitos de la legislación sobre privacidad, como el GDPR en Europa. Un punto crucial será que el tratamiento de los datos por parte de la IA debe ser transparente y controlable. Debe quedar claro que uno es responsable cuando los posibles errores de la IA den lugar a violaciones de datos y conduzcan a un acceso inadecuado a la información. El uso de la IA en la ciberseguridad, al igual que su desarrollo, siempre irá de la mano de las normas éticas, entre las que se incluye no utilizar la IA para la vigilancia ilegal o la violación de los derechos humanos. La Inteligencia Artificial integrada en los sistemas de ciberseguridad es una poderosa herramienta defensiva en esta era digital. Sin embargo, requiere un amplio marco legal para funcionar correcta y eficazmente; debe ser tal que el uso de la IA garantice la protección de datos y evite abusos. La regulación legal permitiría la utilización completa de los beneficios de la IA para mejorar la ciberseguridad, reduciendo al mismo tiempo los riesgos y cualquier probable implicación adversa.